sábado, 22 de mayo de 2010

Drácula, de Bram Stoker

Algo que todos podemos constatar es que los vampiros y todo lo relacionado con ellos cuentan con seguidores sin número en todo lugar del planeta. En pleno Siglo XXI, el tema de los vampiros sigue alimentando las arcas de Hollywood y también de los editores. El porqué atraen tanto estos personajes es algo que se discute a menudo, siendo varias las respuestas. Una de ellas es la figura de dominio, aunque parezca una paradoja. Drácula es un personaje atractivo por su capacidad de dominar y la explotación romántica e incluso machista de este concepto. De hecho, en las últimas versiones, en literatura, cine o televisión, el vampiro tipo es guapo y atrayente, y generalmente las jóvenes damiselas están que se derriten por el. Además, en las versiones modernas del mito, se tiende a preponderar el hecho del "amor eterno", amor que sólo es posible si la joven (o el joven) sucumben al vampiro para que así el amor sea verdaderamente eterno...

En el Drácula de Bram Stoker, el libro sobre el particular más conocido y alabado, se ven ya básicamente éstos ingredientes: seducción y dominio aunque en un entorno más adecuado cronológicamente, pues estamos en una época, en la última parte del siglo XIX donde las mujeres anhelaban una figura dominante y protectora, así como una visión romántica del amor que a éstos ingredientes sumaba el ideal de la eternidad. Cuando leí Drácula de Bram Stoker, reconozco que me gustó mucho. Curiosamente o no, lo que más me gustó de la historia fue la parte epistolar de la novela. Gran parte de Drácula consiste en la correspondencia entre los personajes principales de la novela, que para mi siempre fueron Jonathan Harker y su prometida, Mina, así como el personaje de Lucy, que se convierte en una No muerta por culpa de Drácula. Interesante es constatar como para mí, los temas de seducción, amor eterno e incluso de dominio están más presentes en éstos últimos personajes que en Drácula mismo, y de quien lo que realmente transmite la novela a mi parecer es la de un personaje repulsivo y miserable, muy lejos de la imagen romántica que últimamente le han colocado a el y a los vampiros en general.

Recuerdo que al poco de leer la novela que nos ocupa, le comenté a una amiga que me parecía bonita y hermosa. Mi amiga se mostró extrañada, no entendiéndolo, y pensando que cómo me podía gustar la historia de un señor que hace esto y lo otro, pero precisamente por eso me gusta la novela. La novela me gusta a pesar de Drácula. Es más realista en cuanto al personaje principal,  y al mismo tiempo los otros personajes si que son románticos y seductores, en un sentido positivo de estos calificativos. Van Helsing, Jonathan, Mina, Lucy... en sus relaciones personales y en su lucha contra el mal son los que realmente muestran y enseñan el mensaje de la novela : que el supremo bien es el amor y que éste amor estableciéndose sobre una relación sincera, si que puede llegar a ser eterno, como la novela de Bram Stoker

lunes, 17 de mayo de 2010

Un libro, un tesoro

Comenzamos este blog dedicado a la literatura hablando del valor que tienen, han tenido y tendrán nuestros libros. Digo nuestros pues desde que abrimos uno y leemos lo que nos dice, éste pasa a ser parte de nosotros y de nuestro inconsciente. Da lo mismo que el libro sea de tu propiedad o de una biblioteca, o nos lo hayan prestado, o simplemente nos estemos entreteniendo hojeando sus páginas en una librería o centro comercial; desde que lo abrimos y leemos, aunque sea parcialmente, el contenido del libro pasa a ser parte de uno. Es como el cofre del tesoro. Lo estuvieses buscando o no, lo que descubres en su interior te cambia para siempre y difícilmente será olvidado, poco importa lo que contenga. Pues el hecho de leer un libro conlleva una predisposición previa que nos prepara para descubrir mundos más allá del nuestro. Y no solo me refiero a los mundos de aventuras, viajes o lo que sea sino a lo que es más importante según me parece, al mundo que está tras la mente del autor. Bien es cierto que a algunos autores se los apropian sus personajes, de hecho mal estaría que no fuese así, pensándolo bien, pero en cualquier caso, la comunión con el creador y su criatura establece un vínculo poderoso en el lector. Tal vez sea por eso que se dice que los grandes escritores fueron primero grandes lectores... Por ello amigo lector, te invito a compartir tus sentimientos sobre la literatura, sobre los libros, sus autores y sobre los que los leen. Iré publicando entradas con reseñas de libros que forman parte de mi vida, que me han impactado de alguna manera o que espero que lo hagan pronto. Deseo que los tesoros que he encontrado y encontraré en los libros te deleiten como me deleitan a mi.