miércoles, 18 de abril de 2012

El triple secreto de la masonería, de Ricardo de la Cierva

Sobre los masones se ha escrito mucho y sin embargo sobre la Masonería propiamente dicha se ha escrito poco. Esto, que parece cuando menos una exageración, es cierto en tanto en cuanto la literatura española sobre el tema se ha centrado más en su historia y en la historia de sus defensores y practicantes más que en un análisis concreto de la génesis doctrinal y la práctica real de la Francmasonería especulativa a partir de 1717.

Por ello el libro de de la Cierva es especial. Lo fue en su momento, a finales de los 80 como lo sigue siendo ahora. Por vez primera en España se publicaba un libro con los estatutos fundacionales de la masonería especulativa en Europa, con amplia información de los rituales aceptados. Esta información ya existía en castellano, pero sobre todo, sino exclusivamente, correspondía a literatura, iberoamericana, a la que el público español no tuvo mucho acceso, sobre todo durante la Dictadura. Luego, con la llegada de la libertad, en la literatura sobre la masonería se reflejó su carácter pintoresco, su relación con Franco y con las monarquías, y se centró en sus conocidos miembros, a la vez que se la convertía en actor -generalmente secundario- de muchas novelas llamadas históricas. Sin embargo, la descripción de los rituales, los signos, las palabras de paso, las señales, etc de la masonería apenas fueron conocidas, así como la ideología detrás del ritual o su influencia en la idea del mundo y de la sociedad.

Parte de esto es lo que encontramos en el libro de De la Cierva. En el se encuentran al completo las Constituciones de Anderson, verdadero "canon" de la Masonería, escritas por el pastor anglicano al que podemos llamar correctamente, padre de la masonería moderna o especulativa. También se se dan a conocer los rituales de aceptación e investidura, así como se explica el origen gnóstico de la masonería mediante un estudio de los rituales y de la terminología usada en los mismos.

A mi el libro me produjo gran deleite, sobre todo ver plasmadas las Costituciones. Y es que en ellas, se dan las pautas, las "obligaciones",  que el buen masón debe respetar y seguir, así como se dan los modelos históricos y legendarios que reflejan a los masones desde el principio de los tiempos. Fue interesante notar como Anderson establece el modelo del masón operativo ejemplar en el que la piedad o la bondad no son un requisito, sino tan solo la habilidad constructora en el "arte real" y para ello menciona a Cain, Nimrod, Cam o los constructores de la Torre de Babel o los judíos en Egipto como masones ejemplares.

En definitiva un libro altamente recomendable para los que deseen una aproximación certera y objetiva a la Masonería, más allá de anécdotas y nombres ilustres.

Saludos.

jueves, 2 de febrero de 2012

La caverna de las ideas, de Jose Carlos Somoza

Personalmente, Somoza casi merece una sección propia. Si bien aún no he leído todos sus libros, he de decir que es el autor de novela negra y de ficción español que mas admiro. Me han gustado todas sus novelas, que me parecen originales e inteligentes en unos géneros donde lo habitual es seguir un patrón bien establecido y luego modificarlo levemente. Sin embargo en las obras de Somoza, la característica principal es la innovación y la sorpresa, que no dejan indiferente.

La caverna de las ideas, fue la primera obra suya que leí. Una novela policíaca ambientada en la Grecia clásica donde Heracles Pontos y el filósofo ateniense Diágoras investigan la muerte de unos jóvenes en extrañas circunstancias. Ambos personajes representan maneras distintas de enfrentarse a los hechos, el primero con inquisitivo interés por la verdad y el otro desde la distancia que da el conocimiento de la naturaleza humana y tratando de conocer el porqué de esa verdad. Tanto Heracles como Diágoras, así como los demás personajes de la trama tienen una influencia decisiva en el desarrollo de la investigación, hasta la resolución de los crímenes...

Sin embargo, la caverna de las ideas trasciende la historia de la investigación, para convertirse en una obra donde los personajes principales son el propio lector, el traductor de la obra griega original y el propio autor de la novela que se convierten en las partes más importantes de la misma, relegando a la historia de misterio la menor parte, o cuando menos, la parte menos interesante, una subtrama dentro de la trama principal, que no es otra que la acción creadora que un Autor tiene sobre su obra. Asombrados leemos a pie de página como el "Traductor" ignora su condición de elemento de la historia creada por el "Autor" y cuando lo descubre se rebela, pero al final no puede hacer nada, pues es un elemento más de una obra que no controla y por lo tanto está sujeta al Autor que no solo crea, también finaliza o destruye.

Es una novela muy recomendable, que como podéis imaginar, aparte de la "subtrama" detectivesca, es un estudio elegante y sincero sobre la Creación artística y literaria. Y como las sombras del mito de  La Caverna,  la definición y representación de lo creado está perpetuamente sesgado, siempre difuso y pasajero para todos excepto para aquel que las creó.

Y ahora mi Autor me manda callar.